LA PLAZA MÁS EMBLEMÁTICA DE LA RIOJA HA SIDO SIEMPRE ZONA
DE LOS BANCOS CON ALGUNOS COMERCIOS DE CALIDAD Y UN GRUPO DE BARES
El Espolón despierta con la próxima apertura de tres locales
En la vida de las ciudades, la actividad tiene su aquél de rutina y
repetición en cualquier capital española que se nos ponga a tiro. Pongámonos
que escribimos de Logroño. Echando una ojeada a la ligera, el Espolón, como
lugar para vivir con cierto pedigrí y señorial, ha sido y es espacio preferido
y dominado por el sector bancario, como señor de la mayoría de las esquinas de
las calles del famoso parque como lo más cotizado en la bolsa inmobiliaria
riojana. A saber: Vara de Rey, Muro de la Mata, Avenida de La Rioja, Bretón de
los Herreros y Miguel Vllanueva. En esa disputa, no puede quedar en el olvido
la ubicación de las dos instituciones de mayor rango de la Comunidad Autónoma,
como ser el Gobierno de La Rioja y la Delegación del Gobierno de España.
Venga como venga la vida, el Espolón fue perdiendo sus pocas tiendas, en su
mayoría, de alto standing y se ha mantenido como el lugar para tomar un café o
citarse para ir al notario. Los bares/cafeterías han ido cambiando y, en los
últimos años, la zona ha recuperado un cierto atractivo de antaño con nuevos propietarios,
muy lejos de lo que fue en épocas pasadas.
Hay locales cerrados hace años,
algunos con cartel de “disponible” o “se vende” que atesoran telarañas y polvo
como para trabajar meses una brigada pero, y que no sea recurrente, tres
locales, por lo menos, van a subir la persiana y abrir al público antes de que
finalice el año. Metidos en obras y en la lógica reforma, vienen trabajando en
su interior para ponerlos a punto acorde a su negocio correspondiente. Dos de
ellos se ubican en la calle Miguel Villanueva y el tercero, en la Avenida de La
Rioja, pegadito y, como en fila, con tres establecimientos del sector
hostelero.
Con la mirada de curiosidad, el peatón de a diario se
pregunta qué negocios se van a abrir en El Espolón y, hete aquí que lo hemos indagado
y descubierto. Al inicio de Miguel
Villanueva, se va a asentar en el número 3, Profal XXI, Promociones
Inmobiliarias, para ser exactos en la denominación de la sociedad. Es una
empresa constructora, que se traslada de la calle logroñesa de María Zambrano,
11 a la plaza mayor de la ciudad. También tiene oficina en Valladolid. Unos
pasos más, está la sede principal de Bankinter, número 4 con doce empleados.
Pues en el portal siguiente, se ubicará Bankinter Empresas y banca corporativa.
Deja la entreplanta de Gran Vía 25 y sus ocho profesionales se instalan en
Miguel Villanueva, pared con pared con su oficina principal. En Avenida de La
Rioja, número 8, va a situar su sexto establecimiento “Al toque”, grupo de
bares y comidas que se extiende por diversos puntos de Logroño: calles Alfonso
VI, Cascajos, Gran Vía, Las Gaunas y Villapatro, amén de un restaurante en
Portales. Su asentamiento no puede darse mayor competencia porque, de corrida,
están “ El Cyatro”, “Café Delicias” y “La Rosaleda”, bar y también restaurante.
Puede que tenga una explicación llenar de vida tres
locales que tenían sus paredes en silencio pero limitémonos a ser contadores del
hecho de una buena noticia. El tiempo es un vuelco y en el Espolón, además del
monumento del general Espartero, corren y juegan los niños, se dan conciertos
en la Concha, a sus entidades bancarias va su clientela y, en unos meses, tres
locales de las calles que rodean la gran plaza logroñesa, tendrán más vida.
Larga es la vida que decía Séneca.
Un cuarto local, en veremos
El rumor, se dice, es la antesala de la noticia. Podía
ser, en este caso, que el adagio periodístico se haga realidad. El rumor es que
el espectacular local del antiguo Banesto, largamente sin actividad, vuelva a
abrir sus puertas de hierro forjado. De confirmarse el rum,rum que hay en la
calle, sería una realidad fantástica, un puntazo para la zona.
El Banco Español de Crédito, Banesto, se ubicó en
diciembre de 1950 en donde estuvo siempre operando en su actividad bancaria,
Muro de la Mata, núm. 5, entrada principal y esquina de gran trasiego de gente,
principal, ocupando planta baja y entreplanta del solemne edificio en el
Espolón y parte de la calle Marqués de Vallejo. Fue construido por la Compañía
de Seguros Aurora y se inauguró en noviembre de 1949, con timbales, tambores,
gran banquete y bendecido por el obispo de la diócesis. En lo alto, en su
fachada, un reloj sin sonería.
El banco fue referencia mercantil y empresarial en La
Rioja durante décadas hasta que, con la caída de Mario Conde, que fue
presidente, pasó a manos del Santander que clausuró su negocio bancario. En la
puerta principal, aparecen, a día de hoy y desde hace meses, bien visibles, varias
inmobiliarias que lo tienen en su cartera, sin que, hasta la fecha, haya
fructificado una operación en firme.
El rum rum ha vuelto al parqué del interés por tal local
tan emblemático. Hay que estar ojo avizor.